5.7.08

Sábanas




Retorna al cuerpo olvidado,
a esa singularidad espasmódica
a esa piel espesada de días ya idos
Entre las sábanas,
una turbia sombra se espanta y corre hacia la puerta.

2.6.08

Chivatos



Arrebatadas de su inocencia,
deambulan entre las sombras de los chivatos enardecidos.
Más allá, el calor de la siesta deforma las casas.

28.5.08

Cósmico



En esos instantes, en los que la sangre fluye río y los brazos
lánguidas ramas de sauce, el ser experimenta un sentido de fuga cósmico.

21.5.08

Insurgencia


En un ejercicio de metódica insolencia, el niño arrebata un lápiz, luego el papel. Garabatea provocativamente sobre los trazos que no le pertenecen. Agrega manos, piernas, dedos, cabellera a un rostro. En ese acto insurgente nace el arte, y lo celebro.

13.5.08

Hueco



Una mujer con un agujero en el estómago
revolvía sus entrañas, lamía sus heridas,
cada tanto lloraba, gemía, aullaba.
Lo que más le dolía no era el agujero
sino todo lo que había visto a través de él.

guonder guman




Con precisión cortó la lata de dulce de batatas. De los laterales sacó dos relucientes brazaletes dorados. Dobló cuidadosamente los bordes para que no lastimaran sus muñecas. La tapa inferior estaba destinada a ser bincha. En pocas horas, había nacido una mujer maravilla.
─¿Y ahora qué hacemos?─le pregunté a mi hermana que permanecía mirando el horizonte siempre con el mentón hacia arriba, orgullosamente maravilla.
─Vamos a rescatar a todas las mujeres del mundo ─respondió estirando su capa-sábana y agitando dos ramas que habían dejado de ser de sauce para convertirse en lazo dorado.
Corrimos, caminamos, volvimos a correr. Observamos los rostros de muchas mujeres; escuchamos sus llamados silenciosos. Necesitaban ser rescatadas de miserables días, de angustias infinitas, de opresión desmedida. Pero no supimos cómo. El traje no funcionaba.
─A lo mejor ellas necesitan uno propio ─llegamos a esa conclusión y regresamos a casa.
La serie guonder guman está impregnada de esos andares. A cada mujer le fluye subterráneamente una mujer maravilla, deseando que de ese soporte fantástico puedan emerger formas novedosamente felices de feminidad.

25.4.08

desencuentro


Con atrevimiento pretendieron a su antojo/ que infinitos actos mecánicamente articulados/ los devolvieran el uno al otro.

Octubre


Mes de ausencias demasiado presentes/ mes plago de apurados peatones/ de capullos violetas macerados en el suelo/ empecinados en ser jacarandaes.

Tan lejos


puedo ver tu rostro en un día soleado/ como queriendo decir algo/ con la boca obcenamente entre abierta/ doblando de un lado a otro la cabeza./ Puedo ver tus pies/ tan rojos/ tan lejos, tan desnudos/ como ya idos./ Puedo retener tu sonrisa mordiendo el aire/ ya distante/ anticipando lo que no será.


De Bajo el sauce Bajo 04