tag:blogger.com,1999:blog-78490873313302690732024-03-21T07:39:01.761-07:00verdeserespacio destinado a la exploración de las zonas erógenasverdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.comBlogger32125tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-15206855698674313542013-11-22T05:49:00.001-08:002013-11-22T13:38:59.881-08:00La cacería (*)<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 18.0pt;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgru3QSuQSIm7Vsn2KHFfHoBk-ds8FB0pa3X2VP8Q8x-eoVQAwsGPmP0CAd3vb3zBwWmxWjynJx5ePUo52rbYhEilFk3NXGxIiBlDOeLzfsIa2NrL9CnC8NI_fRLYX4M3RVol0lCYlF96s/s1600/25205622.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgru3QSuQSIm7Vsn2KHFfHoBk-ds8FB0pa3X2VP8Q8x-eoVQAwsGPmP0CAd3vb3zBwWmxWjynJx5ePUo52rbYhEilFk3NXGxIiBlDOeLzfsIa2NrL9CnC8NI_fRLYX4M3RVol0lCYlF96s/s400/25205622.jpg" width="300" /></a><span style="font-family: Candara;"></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 150%; text-indent: 18pt;">La débil claridad del amanecer insinuó
árboles ahí donde la noche no resignaba su poder subyugante. Daniel Celaya buscó
apoyo en una pierna y apuntó a su presa. El disparo impactó en el cuello del
puma metido en el monte, a unos kilómetros del arco de entrada a Bovril. La
cabeza del animal rodó como un juguete desarticulado. Por unos segundos, el
cuerpo quedó parado en cuatro patas, en pose de efigie egipcia decapitada. Antes
de caer por completo, un grito desgarrador resonó entre los algarrobos. Cualquier
testigo incrédulo hubiera dudado de que la extraña amputación tuviera relación
con ese alarido humano. Celaya sabía el valor que tenía la anticipación para la
caza. Escuchó nuevos movimientos, levantó el rifle y disparó, otra vez fríamente,
a la segunda manta de pelos pardos que se escapaba hacia le espesura del monte.
A plena luz del día, la sangre estalló en un rojo bermellón sobre los
espartillales. En ese momento, supo que la cacería había terminado.</span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><o:p></o:p><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Treinta y cinco años de preparación habían
llevado a aquel encuentro. Las lecturas —prudentes y solitarias de Celaya—
mencionaban que de las tres técnicas de caza mayor, el acecho requería individuos
pacientes, hábiles en el arte de seguir rastros y crear trampas. Su metódica
conducta demostraría que no fueron contingencias las que precipitaron los
hechos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A los diecisiete años, cuando su padre
le comunicó que debía ayudar en el campo al terminar la secundaria, no pensó en
torcer su destino. Al menor de los Celaya le estaba reservada la carrera de
Veterinaria; a la mayor, la docencia; y a él, aunque aún no lo supieran, la
cacería. Entre vacas, terneros, corrales y alambrados, Celaya fue armando un
polígono para práctica de tiro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo consideraban un muchacho trabajador,
solitario, al que sólo una difusa sombra anunciaba por las calles planas de
Bovril. Mientras el cuchicheo agitaba una supuesta imbecilidad asociada a esa
conducta retraída, Celaya abrazaba ese destino revelado durante la infancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A los nueve años, encerrado en el
galpón del patio, encontró una revista sobre caza de jabalíes. El artículo mostraba
a un ganadero, tosco como su padre, y a una presa de colmillos cubiertos de
baba. Pese al rictus de la muerte, lo feroz del jabalí le pareció sosegado por el
escopetazo. Pensó que el rifle era un medio para liberar lo bestial que
habitaba en todos los seres. En los territorios indómitos de sus fantasías,
Celaya encontró una respuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Conocer a los hermanos Pautasso, la
descendencia de un humilde carpintero local, le daría un sentido trascendental
a la cacería. Los Pautasso ganaron reputación por las bromas burdas y
sistemáticas, a distintas personas del pueblo, más que por la terminación de
sus muebles de algarrobo. Sin dudas, la más famosa fue la del audio pornográfico
—gemidos y respiraciones ásperas— durante los festejos por el centenario del
pueblo, en la plaza “3 de Febrero”. El hecho, que mereció el repudio de los
presentes, hubiera carecido de relevancia para la familia Celaya sino hubiera
involucrado al “menos despabilado” de sus hijos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Bruno Pautasso fue quien convenció a
Daniel Celaya de entregar aquel audio al sonorizador del evento. No transcendió
qué argumento utilizaron los hermanos, quizás muy pocos porque la inocencia atribuida
a Celaya estaba vinculada a un retraso intelectual, versión que habían hecho circular,
por años, algunas maestras de la escuela. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Desde aquel episodio, Celaya asumió la
tarea de seguirlos; hasta que, sin que nadie lo esperara, entablaron un vínculo. Meses antes
de la cacería, los tres muchachos habían estado bebiendo cervezas en un local de
la avenida San Martín. En plena borrachera, Celaya había compartido, acaso con sus únicos
amigos, el galpón en donde guardaba los rifles y las revistas de caza. Fue
entonces que les contó sobre un viajante de Villaguay que ofrecía una cabeza de puma y dos pieles. Los
Pautasso, rojos los ojos ante la epifanía etílica, creyeron ver concretada la próxima
burla. Celaya sabía la importancia de los señuelos para el éxito de cualquier
cacería. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La semana previa a que, en prolijas filas,
dispusieran las sillas plásticas en la plaza central y que las estructuras
metálicas sostuvieran, una vez más, luces y parlantes, el pueblo sólo hablaba
de los pumas. Ganaderos locales denunciaron la presencia de dos felinos merodeando
los corrales; otros decían que deambulaban hambrientos al costado de la ruta o
cerca de la estación de trenes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 18pt;">Reunidos en un montecito a las afueras
del pueblo, los hermanos Pautasso pergeñaban la nueva aparición. Apostado en la
oscuridad, Celaya aguardaba a su presa. Amanecía cuando los jóvenes, disfrazados
de puma, jugueteaban entre los algarrobales. El cazador levantó el rifle y
disparó dos veces. La acción fue interpretada, posteriormente, como una venganza.
Sólo Celaya sintió alivio y belleza en el acto que terminaba de ejecutar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: left; text-indent: 18pt;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 18pt;">(*) La cacería obtuvo mención de publicación en la Edición 2013 de a Puro Cuento de la Biblioteca Popular del Paraná.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</div>
verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-15735967472932893012013-09-13T11:04:00.000-07:002013-09-13T17:23:12.106-07:00Gimnasia descriptiva<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGriBrokotzaAgMW-u7s7435psFnc8JsxP7c_09aQZX8PINx7bWje2eS4zUpr8UcXnxxVvpHhPSfNaNweJbq0E-_szG5eChfR-7SkXpPzONNDGe1u3SdNr8gLp4H_H_JQuxp46CmndzR0/s1600/P1100584.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGriBrokotzaAgMW-u7s7435psFnc8JsxP7c_09aQZX8PINx7bWje2eS4zUpr8UcXnxxVvpHhPSfNaNweJbq0E-_szG5eChfR-7SkXpPzONNDGe1u3SdNr8gLp4H_H_JQuxp46CmndzR0/s320/P1100584.jpg" width="222" /></a>A mis alumnos de segundo año los invito a realizar una descripción literaria a partir de un foto. Les pido que elijan un retrato de la infancia y lo describan de manera subjetiva. Este ejercicio les permite descubrir adjetivos, sus usos y los efectos sobre la lectura. Para incentivarlos les llevo algunas fotos mías y las describo. Aquí le dejo uno de esos textos nacidos en el interior del aula.<br />
<br />
<b> Los elefantes de la infancia</b><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Estaba enojada, quien sabe por
qué o quizás puedo imaginármelo. ¡Pse! ¡Pse! Del otro lado, del que miraba a
través de una cámara, estaba mi padre que insistía en tomarnos una
foto. Mi hermana mayor, Laura, inclinó su cuerpo y lo complació con una simple mueca. Yo no quería regalarle una sonrisa. Desde pequeñas siempre fuimos muy parecidas físicamente: los cabellos
como campos de trigales que se mecían lacios sobre la espalda; delgadas y
ágiles a la hora de correr detrás de una pelota o subir a un árbol. Para la
gente, los que no podían ver más allá de esas cáscaras, aquellas niñas eran
mellizas. Comprensible, pienso ahora, porque nos llevamos sólo un año de
diferencia. Pero Laura miró a la cámara y lo consintió. Yo, por el
contrario, le grité. Y si uno lee los labios puede ver un inmenso “¿Qué?” , “¿Qué
querés?”, al que se podría traducir como no molestes más. Siempre fui más insolente y caprichosa. Ese día, supongo, estaba
embelesada ante el elefante y no quería que nadie me robara la contemplación,
ni siquiera una foto. En realidad, nunca había imaginado que podía llegar a
estar frente a un elefante; eso era cosa de dibujitos animados o de países remotos.
Por aquella época habíamos ido a ver, al cine Rex de Formosa, una reposición de
la película Dumbo de Walt Disney. El simpático, tierno y pequeño elefante de
enormes orejas, con las que podía volar, nos había cautivado el corazón
infantil. Ese otro animal despintado y viejo, encadenado a un poste, no se
parecía a Dumbo. Seguramente, observé detenidamente las gruesas y frías cadenas
y los párpados caídos. La mole, cansada de tantos niños, aguantaba resignada su
destino. Entonces, supuse que nada sería igual a los dibujos animados. Y ahora
que lo pienso bien, quizás en esa foto no estaba enojada sino decepcionada
porque los elefantes de la infancia ya no podían volar. </div>
verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-43080779265544459322013-01-16T04:42:00.001-08:002013-06-28T10:00:51.929-07:00El calamar gigante<span style="background-color: white;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<div class="MsoNormal" style="font-family: 'Times New Roman', Times, FreeSerif, serif; font-size: 14px; line-height: 21px; margin-bottom: 0cm; text-align: start; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 24px;">En las playas de Tamarindo, Costa Rica, la surfista estadounidense, Lee Ann, permanecía sumergida en una pequeña pileta de madera frente al mar. Consumía heroína y entraba en un profundo y prolongado adormecimiento. Al despertar contaba, horrorizada, que los tentáculos de un calamar gigante habían intentado llevarla hacia el fondo del mar. Mick, su pareja, desagotaba la pileta utilizada por los surfistas para eliminar restos de sal en el cuerpo. Le demostraba que no había conexión posible entre aquella bañera y el mar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: 'Times New Roman', Times, FreeSerif, serif; font-size: 14px; line-height: 21px; margin-bottom: 0cm; text-align: start; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 24px;">En el eterno verano de Tamarindo, Lee Ann insistía que un calamar gigante quería succionarla y desoía cualquier tipo de argumento, incluso a quienes decían que esa especie de molusco sólo frecuentaba mares de agua fría. Una mañana, Mick halló la pileta coloreada de un tinte azul marino. Imaginando el peor de los desenlaces, buscó a Lee Ann entre las aguas oscuras, pero sólo encontró una botella de vino flotando. Pensó que esa era la explicación a la coloración del agua. Sin embargo, recordó que los calamares arrojaban una tinta negra al huir de sus depredadores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: 'Times New Roman', Times, FreeSerif, serif; font-size: 14px; line-height: 21px; margin-bottom: 0cm; text-align: start; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 24px;">Nadie volvió a saber de Lee Ann. A meses de la desaparición, revisando sus pertenencias, Mick encontró una foto vieja, enmarcada en insignias de un acuario de California. Lee Ann, pecosos ocho años, sonreía a la cámara y detrás, pegados a un vidrio, asomaban los tentáculos de un inmenso calamar. Casi sobre las ventosas, explotaba el flash de la cámara y emergía, en la espejada pecera, el fantasmagórico rostro del hombre que retrataba aquel momento, quizás el padre de Lee Ann. </span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Publicado en Telaraña Digital </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> http://www.xn--telaraadigital-vnb.com.ar/noticia.aspx?id=799</span></div>
verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-23840459493332209692013-01-02T06:47:00.000-08:002013-01-02T07:33:11.145-08:00Microficciones para leer en ojotas<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">Relatos surgidos a la vera de un río de caudalosa incertidumbre, con la leve sospecha que todo lo sólido se desvanece cuando la térmica supera los cuarenta y cinco grados. A partir de hoy en </span><br />
<a href="http://www.xn--telaraadigital-vnb.com.ar/noticia.aspx?id=739">http://www.xn--telaraadigital-vnb.com.ar/noticia.aspx?id=739</a><br />
<b><br /></b>
<b>La hora</b><br />
<br />
<br />
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—No me quiero morir —gemía atragantado en sollozos el niño—. No me quiero morir mami.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—Respirá, no dejes de respirar, ya llegamos —respondía la madre, con la cabeza y el brazo fuera de la ventanilla, haciendo nerviosas señas hacia la hilera de autos que taponaba la calle.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
No se podía morir, era una picadura nada más, y él sólo un niño, se convencía a pocas cuadras de llegar. Mientras avanzaba a los bocinazos y a los gritos, el calor infundía más terror, como si algo tuviera que suceder en un día cuya sensación térmica estaba superando, inusualmente, los cuarenta y cinco grados.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
Ya en el hospital, estacionó como pudo y entró sujetando al niño, casi alzándolo. Apurada repitió un par de veces que lo había picado un alacrán. Luego que el bicho estaba en el bolsillo de una malla, que había pasado poquito tiempo pero que temía por su envenenamiento.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¡Picadura de alacrán!— gritó al aire la enfermera de guardapolvo rosa y los pasó a una habitación contigua, el Shock room.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
Acostaron al niño inmediatamente en una camilla y comenzó un desfiladero de personas.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¿Papito, tenés ganas de vomitar?— dijo un enfermero que apareció zangoloteando un suero.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
El hombre hizo un par de bromas sobre la posibilidad de que el niño se convirtiera en superhéroe. El niño no sonrió; la madre ni siquiera lo escuchó, miraba cómo conectaban a su hijo a una máquina que registraba pulsaciones y ritmo cardíaco.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—Los síntomas podrían aparecer en la próxima hora. Vamos a dejarlo en observación por si hay que aplicarle el antídoto— explicó una doctora.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
El niño y la madre quedaron solos en la habitación.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¿Me voy a morir?</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—Dejá de decir eso, además sos muy chico para morirte.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¿Cuánto dijo que tengo que esperar?</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—Dos o tres horas.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¿Esa aguja más larga marca la hora? —preguntó el niño señalando con la vista un reloj grande, con inscripciones de un laboratorio en el fondo.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—¿Te enseño a leer la hora?</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
Comenzaron a practicar y contabilizar horas, minutos y segundos de espera.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
De repente la puerta se abrió de un golpe y entraron otra camilla a la sala. Los separaron mediante un biombo de tela.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
—Paciente de seis años, iba en bicicleta cuando lo atropelló una camioneta. Fractura de pelvis y contusiones en la cabeza, momentáneamente estabilizado. Completamente sedado. La mamá también fue atropellada —leyó alguien.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
Algunas enfermeras corrieron, otros doctores pedían un cirujano y una voz ordenó, finalmente, que trasladaran al accidentado a terapia intensiva.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
Por unos minutos, los tres quedaron solos. La mujer miró entre los espacios que dejaba al descubierto el biombo. El niño recién ingresado parecía dormido, tenía un semblante extremadamente pálido. El chico repentinamente pidió por su madre, le rogaba que sostuviera su mano. La mujer dudó en cruzar hacia el otro lado, hasta que atravesó el divisorio para acariciar aquella manito ensangrentada. El niño susurró algo sobre la bicicleta y de inmediato dejó de respirar. La mujer gritó por ayuda. Lo que siguió incluyó corridas, un ascensor que se abría y las ruedas de la camilla que se perdían detrás de la puerta corrediza.</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; position: relative; text-align: justify;">
A la hora estimada por los médicos, la mujer y el niño de la picadura abandonaron el Hospital. Ni la madre, ni el hijo mencionaron lo sucedido con aquel chico accidentado. Compartían un silencio inquebrantable porque sabían que la muerte llegaba a la hora exacta, así fuere un niño quien allí estuviera.</div>
verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-34182855518241959022012-11-25T07:42:00.002-08:002012-11-25T11:44:10.496-08:00Entre los pastizales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8WADKdNpinY312VajlGWIH16czqidXlSVDdtjTzjl32rcd9m6Oi26vXJqS2Glna1_56e6ykbXC4xBkKR368OsPEl_gksdQh5sUNJWYTvIJEkQ84pQ2fVap-NJy4QDauiZHgkpQurL2b4/s1600/entre+los+pastizales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8WADKdNpinY312VajlGWIH16czqidXlSVDdtjTzjl32rcd9m6Oi26vXJqS2Glna1_56e6ykbXC4xBkKR368OsPEl_gksdQh5sUNJWYTvIJEkQ84pQ2fVap-NJy4QDauiZHgkpQurL2b4/s400/entre+los+pastizales.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 13px; line-height: 19px; text-indent: 35.4pt;"><b>Acrílico sobre papel </b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 13px; line-height: 19px; text-indent: 35.4pt;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<b><i><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<b><i><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Entre los pastizales (*)<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 9.0pt;">“entre la verdad y la mentira está la realidad”, frase escrita<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 9.0pt;">con carbón y caligrafía temblorosa en una quinta <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 9.0pt;">sobre el riacho de Oro, casi desembocadura con el Paraguay.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">El primer ataque sucedió, capricho del azar, el día de los muertos. Esa
tarde de noviembre, el doctor Centurión llegó a la quinta asediado por el
calor, con la camisola blanca mojada y los pies hinchados. Los perros siguieron
el auto desde el portón hasta la cueva formada por la copa de dos añejos mangos.
Estacionó, espantó a los animales de un puntapié y arrastró arenilla en su
camino hacia la casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Le costó abrir la puerta, la chapa estaba oxidada. Al entrar, un
ventilador de techo removía el aire sofocante. Sólo la presencia de una mesa —cubierta de diarios y revistas apilados— y sus seis correspondientes sillas recordaban que
ese cuarto había sido el comedor en donde almorzaban los fines de semana. No
era fácil la movilidad; al hacerlo, debía esquivar bicicletas de niños,
cortadoras de césped en desuso, muebles antiguos, cajas de vinos y bolsas
negras. Dejó la ropa sobre un bulto indefinido y buscó una malla de baño que colgaba
de un clavo. En un pasillo había una heladera que contenía unos cortes de
queso, un vino abierto y un vaso usado. Sacó el envase, se sirvió lo que
quedaba y salió al patio mascando el queso duro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">La silla playera estaba tal cual la había dejado la tarde anterior:
debajo de un parral invadido por una enredadera tropical. Se sentó enfrente de la
piscina, sabía que el agua estaba cristalina porque él mismo se encargaba de
echar los químicos y aspirar la suciedad, aunque rara vez se metía. Permaneció
bebiendo sin espantar a los jejenes que lo atacaron de inmediato, demostraban especial
encono hacia los tobillos. No pensaba, no sentía, tenía la mirada vacía, alejada de aquel cuerpo taciturno. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">El sol cayó sobre los pastizales y todo lo verde fue de color dorado. Algunos
mangos, en caída libre a través de las ramas, alborotaban el aire espeso y
húmedo. Al estallar en el suelo, el sabor dulzón de la fruta llegaba hasta el
doctor que veía sin mirar la piscina. El chiflido de un pájaro, muy parecido al
llanto de un niño, lo sobresaltó y entró a servirse vino; de paso, sacó el
alimento para los animales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">La noche llegó anunciada por una nube de mosquitos y algunos fuegos
artificiales que recordaban a los santos difuntos. Tuvo que dejar de mirar el
cielo para seguir el quejido de uno de los perros. El gemido agudo y constante
lo metió en la maleza de la parte trasera de la casa. Las ranas chillaban
desquiciadas, como si anunciaran lo que sucedería. En la oscuridad vio algo rondando
los lapachos; quizás un hombre o una bestia, la noche no los diferenciaba. Pegó
uno grito —creyó que lo asustaría— pero la cosa se escondió en los yuyales y, agazapada,
rasgó la corteza como si afilara unas cuchillas. Centurión corrió hacia el auto,
todo lo rápido que podía un cuerpo cansado de sesenta años. Embistió el sillón,
el vaso olvidado en el suelo —los vidrios se le incrustaron en los talones— y salió
manejando, semidesnudo, por el terraplén que daba al riacho. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">El camino de tierra terminaba en una avenida poco iluminada. Tuvo que
detenerse varias veces para dar paso a las personas que volvían del cementerio
municipal. El auto finalmente estacionó en el garaje de un chalet de dos pisos.
Las tres ventanas de la casa estaban tapadas por robustos acondicionadores que chorreaban
gotas de agua a la vereda. Llegó cuando ya habían cenado. Una de sus hijas tenía
la cara metida en la pantalla de la computadora y su mujer, en el dormitorio,
conectada a un juego en red. No registraron la agitada respiración de Centurión,
ni las manchas de sangre sobre los pisos de madera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Durante dos días dudó de lo ocurrido. Al tercero, regresó; esta vez, lo
hizo de mañana. Suspendió los turnos de la jornada y rumbeó al riacho. Al abrir
el portón sucedió lo de siempre: los perros corrieron hasta los mangos, él bajó
lentamente, pero se cuidó de no espantar a los animales. Los notó más intranquilos,
seguramente hambrientos; uno de ellos cojeaba. No entró, fue directo hacia la
arboleda trasera. Contempló los troncos rajados, restos de corteza colgaban como
piel muerta de los lapachos. Los árboles dependían de unas pobres conexiones que
supuraban un líquido viscoso por las laceraciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">No se quedó en la quinta; caminó por el terraplén aguas arriba. El sol
le pegaba fuerte en la cabeza. A diez minutos dio con el rancho de Agustín, un
jornalero que solía emplear para la limpieza del terreno. El aire parecía
detenido y las cosas petrificadas bajo ese sol tremendo. Colgados de la
barranquita, casi en la orilla, unos cuantos niños tiraban sus líneas con
ahínco y poco éxito. El más negro y pequeño se entretenía con una piraña
muerta. El pescado tenía los dientes hacia fuera y el niño, que ya le había
metido un palo en la boca, le hurgaba los ojos vidriosos. Pensó en la
curiosidad, en la inocencia y, de inmediato, en la muerte. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Palmeó ante una cortina que estaba en lugar de una puerta. A su encuentro
salió una mujer joven, de mirada serena y voz pausada. Le dijo que Agustín no
estaba, que ni bien llegara le avisaría. Volvió a la sombra de los mangos y
esperó bebiendo sin sacar la vista del portón principal. Agustín llegó a la
siesta, escondido en un sombrero de paja de ala ancha. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Con sólo diez años menos que su patrón, su rostro acusaba más edad y mayor
tranquilidad. Estrecharon las manos y el jornalero quedó de cuclillas en la
arena. Hablaron del tiempo que hacía que no se veían, de las moscas sobre los
frutos caídos, de todo menos de la familia del doctor. Agustín no preguntó por la
señora y las niñas, sabía que ninguna de ellas había regresado desde lo sucedido
a Pablito, el hijo menor. Poco tiempo después del incidente, los pastizales
habían avanzado sobre la cancha de tenis —donde el doctor y su mujer solían
entretenerse junto a colegas y amigos— y Agustín había pasado, de un empleado de
jornada completa, a ir tres veces al año a cortar los yuyales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;"> Centurión le mostró los árboles
desgajados. Parados desde lo que parecía un abismo, los dos hombres analizaban
los tajos. Agustín mencionó al yurumí, un oso hormiguero, al aparecer con uñas
capaces de hacer semejantes hendiduras en la madera dura de un lapacho; aunque
le aclaró que él no había visto uno en años. Esa noche el doctor durmió en la
quinta. Desocupó la mesa y le puso un colchón mugriento. Soñó que se acercaba a
un hombre que tajaba frenéticamente con un bisturí uno de los lapachos. Iba a
develar su identidad cuando algo cayó a la piscina. Al instante, estaba sentado
en el borde de la pileta vacía. Las paredes, sin pintura, respiraban a través
de grietas como si fuesen branquias. Se despertó sudando. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">El segundo ataque sucedió treinta y cinco días después del primero. Agustín
pensó —máquina para desmalezar en mano— que las almas en pena sorprenden a los
vivos. Entre medio de la primera y segunda agresión, su patrón protagonizó otro
tipo de encuentro. Anochecía y los manchones rojizos teñían el cielo de violeta.
Los pájaros caían como pedradas a las copas tupidas. Centurión no hacía más que
beber debajo de la parra. El trote de los perros hacia el terraplén lo hizo
registrar a un hombre y su bicicleta sobre el alambrado que separaba la quinta
del riacho. Los perros ladraban tímidamente, parecía un saludo; debían conocer
a esa persona, supuso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;"> Tres minutos tardó el sol en
perderse en el horizonte, tres minutos tardó en llegar la negritud cerrada que
devoraba las formas, muy parecida a la oscuridad de un pozo de agua. Pese a los
mosquitos, el hombre siguió en el alambrado, más inclinado y con la cabeza
gacha. Centurión se arrastró por los pastos cortos. Cuando estuvo cerca de la
figura, se incorporó, de un solo movimiento, pasó la mano por el alambrado y lo
tomó de la camisa. El hombre, espantado, intentó pedalear; no pudo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Lo que sucedió después quedaría asentado en <st1:personname productid="la Comisar■a Cuarta." w:st="on">la Comisaría Cuarta.</st1:personname>
En la presentación policial, un tal Cristian Román, domiciliado en Lote 4, expuso
que, al atardecer, el agresor “asinomá sin motivo” lo embistió como “toro enloquecido”.
Contó, además, que pudo zafar, con tan mala suerte que en la huída agarró un
montículo de tierra y rodó por la barranquita hasta el riacho. El agresor lo
persiguió y se le tiró encima, dejó constancia el damnificado. Centurión no se
presentó en la comisaría. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Miró el almanaque —llevaba la cuenta de los ataques— y llegó a la
conclusión que se producían con posterioridad a un festejo religioso. El
veinticuatro de diciembre podría acontecer el tercero. Se preparó para el
encuentro, aunque sin saber qué permanecía oculto entre los pastizales. Buscó
tanzas y anzuelos, para peces de más de treinta kilos, y preparó la trampa
destinada a creyentes alcoholizados o animales salvajes. Uno por uno colgó los anzuelos
alrededor de los troncos. Vistos desde lejos, las curvaturas de acero
construían una máquina de guerra del medioevo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Los fuegos artificiales de nochebuena llegaron y los perros buscaron
refugio en la parte trasera de la casa. Antes de dormir, Centurión recorrió con
una linterna las trampas; los anzuelos brillaron al encuentro de la luz. Nadie
había caído. Al amanecer se despertó con el gemido angustioso de uno de los
animales. Buscó un machete y salió hacia la arboleda trasera. La claridad
fresca de la mañana chocó contra su aliento etílico. Cerca de donde había
acontecido el primer ataque, uno de los perros colgaba sostenido de los anzuelos.
El acero le había rajado la boca, atravesado la panza y abierto en dos las
manos. Chorreaba sangre y casi no se movía, quizás exhausto de pelear contra la
oscuridad, o bien ya estaba entregado a la muerte. El otro perro lo miraba
desde la lejanía del desconcierto. Centurión no pudo desengancharlo, buscó a
Agustín y juntos lo cargaron al auto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Al veterinario no le llamó la atención los rasguños en los troncos, había
indicios de un rasqueteo monótono sobre la madera. Los canes, en ocasiones,
desarrollaban conductas atípicas si estaban expuestos a sonidos como los de la
pirotecnia, le explicó. Lo que no tenía sentido era el método de los anzuelos; prefirió
no indagar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Decidió retornar a la quinta cerca de año nuevo. No había señales del
otro perro. Lo rastreó en cercanías al riacho. El olor fétido lo guió hasta un
pedazo de carne negra depositado en donde había tenido el encuentro con el
hombre de la bicicleta. A penas unos metros más adelante, sobre unos camalotes
secos, yacía el perro con el vientre hinchado de veneno. La venganza parecía
haberse llevado al último de los animales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">Centurión buscó una carretilla y lo trasladó a la quinta. Al pie de un
lapacho, cavó hasta el borde del desmayo. Dejó al perro en el pozo y lo cubrió
de tierra. Palada tras palada pensó en su hijo, Pablito. Si se puede llamar
llanto a un grito gutural, dirán que Centurión lloró ante la tumba del animal como
no lo había hecho ante el cuerpo de su niño. Pronto su angustia se convirtió en
espanto: algo cayó a la pileta. Entonces, se le vino encima esa expresión de asombro
de Pablito, sus ojitos negros abiertos en el fondo del agua; y cómo no
sorprenderse de la muerte a los dos años, se dijo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">El tiempo, fijado en una extraña repetición, hizo que sudara nuevamente terror
en los cien metros que lo separaban de la piscina. Al llegar, una de sus hijas,
agarrada de las escaleras, se acomodaba perezosamente la bikini. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; line-height: 150%;">—Che pá —dijo sin mirar el rostro desencajado de su padre— haber si limpiás
un poco la quinta para poder venir este verano. <o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> Centurión, aún
sobresaltado, le tendió la mano. Ella subió y él se arrojó al agua
tibia. Ese día, flotando boca arriba, el cielo le pareció extremadamente limpio. </span><br />
<span lang="ES-AR" style="font-family: Arial; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><b>*Este es el cuento que recibió mención de publicación en el Concurso Literario 2012 de la Biblioteca Popular de Paraná. El acrílico pertenece a una serie de experimentaciones que estoy haciendo en papel.</b> </span>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-68953486431423935862011-04-15T14:11:00.000-07:002011-04-26T08:23:22.392-07:00Cuando las hojas....<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv8Y84E2a87KpRMYhFUN0laMX-tSHUc0Rp-drDdEud0p76gvTb6xZA1gYBSm2unmi6APBDAJmQdzbaLt4vju9otIFiWuhat4xGkevXEEesz_2jYrO8QuE4ad20z4qWcBpLEqbpke_Twvc/s1600/pag1.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 270px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5595922487863607154" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv8Y84E2a87KpRMYhFUN0laMX-tSHUc0Rp-drDdEud0p76gvTb6xZA1gYBSm2unmi6APBDAJmQdzbaLt4vju9otIFiWuhat4xGkevXEEesz_2jYrO8QuE4ad20z4qWcBpLEqbpke_Twvc/s400/pag1.jpg" /></a><br /><br /><br /><br /><div align="center"><span style="font-family:arial;">Este es un libro de cuento-ilustraciones, lo hice pensando en la vieja casa de mis abuelos en Paraná, en su inmenso fondo en donde se alza a sus anchas un ceibo de bastantes años; y en la tristeza que me produce ver como desaparecen esas casonas para ser ocupadas por palomares-departamentos-mamotretos de hormigón que las personas aplauden vigorosas como señal de progeso urbano. Es un cuento para mis hijos, para que ellos siempre recuerden el olor a la hierba fresca, a los jazmines, a la verdura recién cosechada y a la fruta arrancada de los árboles. <span style="color:#009900;">Bajar aqui: </span><a href="http://www.slideshare.net/maraxul/cuando-las-hojas-susurren-canciones-al-viento"><span style="color:#009900;">http://www.slideshare.net/maraxul/cuando-las-hojas-susurren-canciones-al-viento</span></a></span></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-89131531563342145592010-09-24T09:50:00.000-07:002010-09-24T12:18:20.499-07:00Tacuarahabitación<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwrZt6_iIsTghFCEkRXpf48-nKHfAjpc0PlPddlpOq1U-8Nj80R1oSzX31Yl9nQL7Wv6hwAzAi8YAf7Ub3NxtdE49RepnJxtIcumaPGmJIggrsjiaT46T5500Px-84hb6AcKrstBiznV8/s1600/habitacuara.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 293px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5520561472772796354" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwrZt6_iIsTghFCEkRXpf48-nKHfAjpc0PlPddlpOq1U-8Nj80R1oSzX31Yl9nQL7Wv6hwAzAi8YAf7Ub3NxtdE49RepnJxtIcumaPGmJIggrsjiaT46T5500Px-84hb6AcKrstBiznV8/s400/habitacuara.jpg" /></a><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdIh5B8s1jrukZ2wVrQ_oHKChg1izO2CnecjQ43Kpgz1-WMQ6LhFW2JXjZ8Yzy8dC4BCDaqZkHOSp7DxzgCmByRNCKwX90vTZMHZREiO3_bYOlkhxGeQvfrphopxFRqXNEzt-d3u9kMYs/s1600/Habitacuara.jpg"></a><br /><br /><div align="center">(oleo-aerosol sobre papel)</div><br /><div align="center">Pájaros que entran a habitaciones vacías</div></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-26641843203131235072010-03-17T15:20:00.000-07:002010-03-17T15:24:27.662-07:00Refugio-casa adobe<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6IuKDHr5tGdYz421LPATSgLlJzHjzCrlYAk2730BF-cm55t50CfBtxCJOVQ9OXFBv3jLmwN9ggbBLymZeswyiXlCY5Tro1LwoxVfIckzwnQvPZjhLAiVaHoLWHsrcLxMV1-NWw7lhqEU/s1600-h/refugio+casa+de+adobe.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5449731871499405090" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6IuKDHr5tGdYz421LPATSgLlJzHjzCrlYAk2730BF-cm55t50CfBtxCJOVQ9OXFBv3jLmwN9ggbBLymZeswyiXlCY5Tro1LwoxVfIckzwnQvPZjhLAiVaHoLWHsrcLxMV1-NWw7lhqEU/s400/refugio+casa+de+adobe.jpg" /></a><br />Oleo sobre papel (65x50 cm)<br /></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-48211070079003372842010-03-15T13:10:00.000-07:002010-03-15T13:19:49.705-07:00Las mariposas de Carmela<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiai_fhx-VNUaaEjSBg1C2igIDabrO6o64aJ0pn_feAz33bphklsMYzTt2Wryes3RcdNlPmuNnrK-q3x37jiUjNoGSXw2-ps863rwwS_a44JwgFhfFzqygDFr-vKawJRa_e4JqLbQM8Wp0/s1600-h/las+mariposas+de+carmela.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 292px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5448957565300682146" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiai_fhx-VNUaaEjSBg1C2igIDabrO6o64aJ0pn_feAz33bphklsMYzTt2Wryes3RcdNlPmuNnrK-q3x37jiUjNoGSXw2-ps863rwwS_a44JwgFhfFzqygDFr-vKawJRa_e4JqLbQM8Wp0/s400/las+mariposas+de+carmela.jpg" /></a><br /><div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiAbvm0jeOjY1NV5lQQXXUQd_OUgKdy5T1C4I0BL0uYi0ogV-PQIIpFL3-mEcaZF5NhTeWT4lfGdUsoIEp5O1kZSC-kAFLwDdKgwRGJJFmK4WY3k4oVI1-rDLBppN0frS5nWxLJ6VEYn0/s1600-h/las+mariposas+de+carmela.jpg"></a><br />A Carmela se le escaparon mariposas del pecho; ese día, murió de tristeza.( óleo sobre tela 1,03 m X 75 ) </div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-46585408916044247502010-02-21T12:52:00.000-08:002010-02-21T13:01:14.304-08:00Miss Mary<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3dLBaxrdvUwobc8KARg3gLGOaaPbzQLsD6ZecO80rZIsNJs4xuThEgYX3GVdDH5ltcsIq97W4Gmj6phMrOMw3uAY7k9EEy3poM2v_Oxyb_FRfL5VzOirlKSwpUdsqu9spfynsnEt2_9c/s1600-h/miss+mary.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 226px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5440802800462565394" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3dLBaxrdvUwobc8KARg3gLGOaaPbzQLsD6ZecO80rZIsNJs4xuThEgYX3GVdDH5ltcsIq97W4Gmj6phMrOMw3uAY7k9EEy3poM2v_Oxyb_FRfL5VzOirlKSwpUdsqu9spfynsnEt2_9c/s320/miss+mary.jpg" /></a>Uno de los personajes del libro La insolencia del vinal. "Miss Mary tenía casi ochenta años y parecía una niña envejecida. Llevaba puesto un vestido blanco, con bordes de encaje de algodón, y una hebilla de mariposa le sostenía un lánguido mechón, entre rubio, colorado y canoso, que le cruzaba la cara." (Fragmento)<br /></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-8737731174072532282010-02-16T13:30:00.000-08:002010-02-16T13:44:45.958-08:00cardonovia<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLDSLkACI0SlBCCZGtJT3zkTsskwGDPLQdfGKUFg_eRGv0MFqMRBJnXtt54JuFgCaHwbUnsELv5zu9Aj4Ejt2KUCB0d0-sJA6vAPeoU9vcAz0DQkJSao3VuHYt_EGMO9EV9CfeaIbi1jg/s1600-h/la+novia.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 230px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5438960485192386146" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLDSLkACI0SlBCCZGtJT3zkTsskwGDPLQdfGKUFg_eRGv0MFqMRBJnXtt54JuFgCaHwbUnsELv5zu9Aj4Ejt2KUCB0d0-sJA6vAPeoU9vcAz0DQkJSao3VuHYt_EGMO9EV9CfeaIbi1jg/s320/la+novia.jpg" /></a><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0OFIIrTfLtAYCpOXMDC7Lq5CGCt4h0Y3cCl___ixAdLVuuNuvg7h5i9yakH11m9jMpVJ76eOzNBHVBG9dsU4DaSCZNYPNzhguA4bHXU9F5FMbGLLu8tpMnNuxzOknhgF-DzW2V6vPMkQ/s1600-h/la+novia.jpg"></a><br /><br /><div align="center">En su inocente mirada veo escrita su perdición. (óleo sobre tela)</div></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-89886826273909174892009-12-30T13:28:00.001-08:002009-12-31T04:45:43.403-08:00La insolencia del vinal<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37wotBbzu8xAAZ-Wexqbj1VuXo0BzdiHKNmWA5L_h6QkMqPqQl1bfGwxNpzjY18HFKKj880Qy6XA3Ae1VSJwke0bZnb3DUrY1Cb-oIsch3EAb5QZP5vmMrs6Lv3rygI2Q5IQuKYCrRIQ/s1600-h/la+insolencia.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 229px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5421144619455234610" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37wotBbzu8xAAZ-Wexqbj1VuXo0BzdiHKNmWA5L_h6QkMqPqQl1bfGwxNpzjY18HFKKj880Qy6XA3Ae1VSJwke0bZnb3DUrY1Cb-oIsch3EAb5QZP5vmMrs6Lv3rygI2Q5IQuKYCrRIQ/s320/la+insolencia.jpg" /></a> <div>Tarareando la canción de Lou Reed inició su último viaje. Sus pasos eran alumbrados por el auto en llamas y la luna blanquecina hecha plato en lo alto del cielo. Estaba cerca del quebracho colorado que anunciaba la llegada a la comunidad, en ese punto exacto debía doblar y avanzar unas horas más. Arrastrando los pies, casi sin fuerzas, intentó seguir el difuso sendero que terminaba en unas matas enroscadas de vinal. El olor fresco a palo santo la avivaba a continuar, sabía que cruzando los espinosos árboles encontraría a Oliverio. Se tocó la nariz y arrastró con sus dedos un hilo de sangre hasta los labios. El gusto amargo le llegó a la garganta. Miró las estrellas, nunca las había visto brillar tanto, y sintió que todas ellas se unificaban e inesperadamente formaban un contundente resplandor. El destello la cegó por completo, hasta voltearla. Derrumbada en el suelo, en intermitentes chispazos, pudo ver el rostro de Oliverio en un día soleado, como queriendo decirle algo, con la boca obscenamente entre abierta, doblando de un lado a otro la cabellera apelmazada; pudo ver sus pies enrojecidos, tan lejos, tan desnudos, como ya idos; y pudo, también, retener su sonrisa, anticipando lo que ya no serían.<br /> El monte cantó canciones de cuna, el oxígeno acompasadamente dejó de fluir hacia todos sus órganos y Ana entró en un largo sueño. Miró el firmamento desde una simplicidad extrema, como nunca antes se había detenido a verlo, se llenó los ojos de astros y se dejó absorber por el brillo que la invitaba a danzar entre los haces de luz. Impregnada de puro cosmos, volvió a cerrar los ojos y exhaló lentamente, sabiendo que era su último aliento. El aire se le escapaba y no había modo de retenerlo. Al rato, estaba hecha una sombra de la mujer que había sido. Entonces, dejó atrás al penoso y dolorido cuerpo y prorrogó su vagabundeo por el desierto. Corrió muerta, sabiendo que lo estaba. <br /> Hecha dulce ánima, tomó nuevamente la carretera principal, absorbida, esta vez, por los rayos de sol y el calor agobiante del nuevo día que asomaba. Sentía la luminosidad cayéndole sobre las pestañas, recordaba ese ardor que producía el sol, aunque sólo lo podía captar en remembranza, no en la experiencia, no desde los sentidos. Intento abrir los ojos y se dio cuenta que ya no los necesitaba, las entidades se manifestaban desde sus energías. Un zorro se acercó y le hociqueó la mano. Ella lo acarició y comprendió que debía seguirlo. Anduvieron uno al lado del otro, el animal le transmitía calma y serenidad, la necesaria para no abandonar ese rumbo incierto. A poco de iniciada la caminata, el zorro se detuvo y ella también lo hizo. De inmediato supo que debía seguir transitando sola lo que quedaba del camino, que el zorro ya no la acompañaría. Avanzó un rato más hasta que una camioneta se le vino encima y la tiró al suelo. No fue un golpe lo que sintió, sino una especie de fuerza que la aspiraba. Desde la tierra caliente vio las cubiertas humeantes. Después, la puerta del vehículo se abrió y unas piernas delgadas, enfundadas en unas botas All Stars rojas, caminaron hacia ella. Entonces, pudo comprender lo que estaba sucediendo. Sin pensarlo, se lanzó sobre su cuerpo ya ido. Aprisionando la delgada figura, contempló su rostro extremadamente bello, con una paz inquietante, nunca había podido percibirse a sí misma desde lo bello. Se acarició la rala cabellera, sin pena, sin lástima. Besó sus propios labios cuarteados, para reparar el amor que nunca había tenido y reposó en paz sobre el pecho agitado de quien viviría sus últimos días. (Fragmento de la Insolencia del vinal, libro a publicarse por la Fundación La hendija. A los interesados en adquirir la novela, escribir a <a href="mailto:maraxul@hotmail.com">maraxul@hotmail.com</a>)</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-79966488852860244672009-12-30T13:24:00.000-08:002009-12-30T13:27:59.712-08:00Arbait macht frai<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZVVj8kXq8q7oSWuy6ixPsjQQD5V1WNBINgp4VQQoQ5LXBEDjIx6yKPgco3xtatIHqmah9DB3CUS2pZkY42J_1rwh6r8XPXdjOwrW8imIRP5mLmSkovsQU-l3WfpRCr7ntL4Zqq6Ks1z8/s1600-h/arbait+macht+frai.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 228px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5421143460989523218" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZVVj8kXq8q7oSWuy6ixPsjQQD5V1WNBINgp4VQQoQ5LXBEDjIx6yKPgco3xtatIHqmah9DB3CUS2pZkY42J_1rwh6r8XPXdjOwrW8imIRP5mLmSkovsQU-l3WfpRCr7ntL4Zqq6Ks1z8/s320/arbait+macht+frai.jpg" /></a><br /><p align="center">De los edificios cayeron cuerpos. Era mentira, el trabajo no los hizo libre y el campo de concentración aún no ha cerrado sus puertas. </p>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-45692834025922895742009-12-30T13:22:00.000-08:002009-12-30T13:24:27.240-08:00Desvelo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxG0NB_-0CSnbDH-UjmMzxXpwdgjDSACdfrmMNPVVvM7oMncMf9DyQ9jeJK2wTol2Hn6HsBZItP1c_ORHGCwLkT88OTHQB-W3FWMzSf7Qr85xRYYY1G2JlrPdpU5sFWAweYGtn1GtzmmE/s1600-h/desvelo.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 231px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5421142974032361298" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxG0NB_-0CSnbDH-UjmMzxXpwdgjDSACdfrmMNPVVvM7oMncMf9DyQ9jeJK2wTol2Hn6HsBZItP1c_ORHGCwLkT88OTHQB-W3FWMzSf7Qr85xRYYY1G2JlrPdpU5sFWAweYGtn1GtzmmE/s320/desvelo.jpg" /></a><br /><div align="center">No enciendas la luz, no abras la ventana.</div><div align="center">Esa sombra no soy yo.</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-91756425999040990842009-12-30T13:18:00.000-08:002009-12-30T13:22:06.619-08:00Ausencias<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjW-prRafPd0xutAtgY1CiRmK6d2ct6rkS_wIEVZNWwUHoOq7msmHcXXP2EAdnDjzrE8JNSqnJdwqeyUgD8o6cm46ff2T5P6s0H0ESgM36oyb28qtPwwTC1bfrct6CJcxqNQ9Wy2Fs-TE/s1600-h/AusenciasI.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 225px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5421142333700968114" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjW-prRafPd0xutAtgY1CiRmK6d2ct6rkS_wIEVZNWwUHoOq7msmHcXXP2EAdnDjzrE8JNSqnJdwqeyUgD8o6cm46ff2T5P6s0H0ESgM36oyb28qtPwwTC1bfrct6CJcxqNQ9Wy2Fs-TE/s320/AusenciasI.jpg" /></a><br /><div align="center">La abuela Chichí en su fondo con aroma a jazmines.</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-77611952712929061972009-12-19T16:10:00.001-08:002009-12-19T16:14:25.770-08:00Ánimas o te animás<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMf3pSi6i7vPSBL25aQGCNTp-CB2Sz5CP_8icf_ltZwdSl9z-AE1ufE6hKrmOrWHI_y7oGYGWdI74qt24C1RVvS4QbbZEn2CMNO00DH86gg79Ea03CDrpX_DBYyRUE5QI_uXdkXi2wtfc/s1600-h/chaviyu.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 230px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5417104660050386626" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMf3pSi6i7vPSBL25aQGCNTp-CB2Sz5CP_8icf_ltZwdSl9z-AE1ufE6hKrmOrWHI_y7oGYGWdI74qt24C1RVvS4QbbZEn2CMNO00DH86gg79Ea03CDrpX_DBYyRUE5QI_uXdkXi2wtfc/s320/chaviyu.jpg" /></a><br /><div align="center">Dibujo sobre papel 210mm X 297mm. Tinta, acuarelas, lápices y acrílicos. </div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-52176790175008504252009-12-19T16:04:00.000-08:002009-12-19T16:08:25.389-08:00Alas de ceibo<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Vz-bCzAnupR7yNDRILz4Rp-RjjGVo66dj-fUDZ-ny9b_FQWftmkXfr3EWloERhy1GZ5iN9S6EHCRQU6QceFLhEL8GIxomGruuTiLXXuPqbpvKb3tXhpYhTs7Qc8MIEKj0T3pa1Ak1pE/s1600-h/chicaceibo.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 220px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5417102780958093042" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Vz-bCzAnupR7yNDRILz4Rp-RjjGVo66dj-fUDZ-ny9b_FQWftmkXfr3EWloERhy1GZ5iN9S6EHCRQU6QceFLhEL8GIxomGruuTiLXXuPqbpvKb3tXhpYhTs7Qc8MIEKj0T3pa1Ak1pE/s320/chicaceibo.jpg" /></a> (dibujo sobre papel 210mm X 297mm.</div><div align="center"> Tinta, acuarelas, acrílico, lápices)<br /><br /></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-44321818711850034852009-12-17T12:39:00.001-08:002009-12-19T16:10:04.997-08:00La nadadora<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzyvfewKakcnS5bp9ooMMuu0ujtzQy6oBQ1pTXyQ9aLb9pGzXHgiKq_f8hVflG0BicPuUcXVZP3CV_rDFIKnH_3tg7hfPD3oCgBVmsjDDhOqv8OOnunBjSdVIa4PO8y_3IdVJiLbc0PRc/s1600-h/la+nadadora.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 228px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5417103735017010642" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzyvfewKakcnS5bp9ooMMuu0ujtzQy6oBQ1pTXyQ9aLb9pGzXHgiKq_f8hVflG0BicPuUcXVZP3CV_rDFIKnH_3tg7hfPD3oCgBVmsjDDhOqv8OOnunBjSdVIa4PO8y_3IdVJiLbc0PRc/s320/la+nadadora.jpg" /></a><br /><div><div><div align="center">Nadar en contra de la corriente, o simplemente nadar en una época de gente con paraguas. (Dibujo sobre papel, tinta, acuarelas, y lápiz).</div></div></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-12509662903811360622009-12-17T12:33:00.000-08:002009-12-17T12:38:40.866-08:00Payaso boy<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_b1gni6sFr5ShcSOdeOs2DOforxu0sAiZte1rHX0vuPbqHP_TH5CS97OGH8kTDvqfD1IxLCbpjXy0ogzNS2tht0HHjLaTyILO2bU8ROM5LyN4F3Af4WCwFAjtYoCaJWXMN6NmmP52sCk/s1600-h/payaso1.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 240px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5416306295125369522" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_b1gni6sFr5ShcSOdeOs2DOforxu0sAiZte1rHX0vuPbqHP_TH5CS97OGH8kTDvqfD1IxLCbpjXy0ogzNS2tht0HHjLaTyILO2bU8ROM5LyN4F3Af4WCwFAjtYoCaJWXMN6NmmP52sCk/s320/payaso1.jpg" /></a> Morisquetas, ademanes, pelotas al aire, qué más hacer por una mirada del otro. (Dibujo sobre papel, tinta, acuarelas y lápices).</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-19541753821807602622009-12-16T10:18:00.000-08:002009-12-16T10:23:58.062-08:00Om Antonia Om<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1HMMjm1AjKL7XND3qXwDGUGTqXjr4zLPkuiIz7IgTNu5VWVbjR5rriqGXZZQPyKW4BUuLwA9Nkhfqfju2PQGvhJVwrag9NJqO8LIhZ-pf3xb4GFgZqdjL3OnW_LysSSi7NvOQJrXVIOc/s1600-h/om+antonia+om.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 229px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5415900410957423346" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1HMMjm1AjKL7XND3qXwDGUGTqXjr4zLPkuiIz7IgTNu5VWVbjR5rriqGXZZQPyKW4BUuLwA9Nkhfqfju2PQGvhJVwrag9NJqO8LIhZ-pf3xb4GFgZqdjL3OnW_LysSSi7NvOQJrXVIOc/s320/om+antonia+om.jpg" /></a><br /><div align="center">Foto intervenida</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-26164736764374637702009-09-01T07:03:00.000-07:002009-09-01T07:10:53.465-07:00Duraznos en flor<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXiaePL6Itmj4c8ZthvFdCPVysftJjzF3czODrlzjcRx5SrMqvYDkj7O011gsxHb_8GeAHy8tlWkH6kh2ZAX2_xvIDqnAAjZrYKvYCT5zApHIwZcR1-2FhcXoVB7HtiwIeu3qbGyLFCM/s1600-h/duraznos+en+flor.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 230px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5376500090362235474" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXiaePL6Itmj4c8ZthvFdCPVysftJjzF3czODrlzjcRx5SrMqvYDkj7O011gsxHb_8GeAHy8tlWkH6kh2ZAX2_xvIDqnAAjZrYKvYCT5zApHIwZcR1-2FhcXoVB7HtiwIeu3qbGyLFCM/s320/duraznos+en+flor.jpg" /></a><br /><div>Inspirado en la novela "La Carretera" de Cormac McCarthy . (óleo sobre tela 0,95cm X 0,68 cm)</div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-13918354433000093752009-07-22T13:34:00.000-07:002009-07-22T14:16:49.730-07:00El niño crustáceo<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigpeARHQDkbont3hAtM5YVrsDVDMGRlaYHb9TDsnWFdQDcUOqlLknJY9MARWHoZhOqH00dTTMH7ou52cF55B3jO7O72bUehfhJ-NcFLKYKgfrr2cp-Weo8hSmYCfpT88Zl9h-2fMFG5Ks/s1600-h/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo4.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 225px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5361390174148297010" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigpeARHQDkbont3hAtM5YVrsDVDMGRlaYHb9TDsnWFdQDcUOqlLknJY9MARWHoZhOqH00dTTMH7ou52cF55B3jO7O72bUehfhJ-NcFLKYKgfrr2cp-Weo8hSmYCfpT88Zl9h-2fMFG5Ks/s320/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo4.jpg" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhleqlF04Y3rN4ExNsoxDo3jCWNihWbJsCBEBEhBRJBgnV1l3J81KxJjuVXzDU08rbgU05eNNyjpc7m_r0gtEUQ7dXDgacLcgjlJKNTgQTfOr4k09wKTrPwKFq-DgLIl_NvFrvrTQEJGpg/s1600-h/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo+3.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 235px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5361389994385311698" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhleqlF04Y3rN4ExNsoxDo3jCWNihWbJsCBEBEhBRJBgnV1l3J81KxJjuVXzDU08rbgU05eNNyjpc7m_r0gtEUQ7dXDgacLcgjlJKNTgQTfOr4k09wKTrPwKFq-DgLIl_NvFrvrTQEJGpg/s320/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo+3.jpg" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdwN3lGgQp8xZn2XwE8k1g7yO020M8nzxs1aBHyVIRzWlB33zEB8GKaMOq0bqd9MJtjoZEmf3t5268yDhwK8hcD6g_jWQa_snDD9ZLYpGPf4Wrld8WVCjxh_67NR9fz9_lolLecBD2mVk/s1600-h/ni%C3%B1o+crustaceo1.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 281px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5361389852010887314" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdwN3lGgQp8xZn2XwE8k1g7yO020M8nzxs1aBHyVIRzWlB33zEB8GKaMOq0bqd9MJtjoZEmf3t5268yDhwK8hcD6g_jWQa_snDD9ZLYpGPf4Wrld8WVCjxh_67NR9fz9_lolLecBD2mVk/s320/ni%C3%B1o+crustaceo1.jpg" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb7QX0ruqkNt630meuj0BOe2K8D3ojhWjb3ppn2tQwUIZg_xzsPfu0VMGnS2J5u9xnudlkxHMjh-SvBYq8HKdCI8Rc3nm4wbN5NpqPV3lZ_gfmacPK9-zZF16Zoq3lopXAEIgrSlfYh-Y/s1600-h/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo2.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 226px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5361389513841382402" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb7QX0ruqkNt630meuj0BOe2K8D3ojhWjb3ppn2tQwUIZg_xzsPfu0VMGnS2J5u9xnudlkxHMjh-SvBYq8HKdCI8Rc3nm4wbN5NpqPV3lZ_gfmacPK9-zZF16Zoq3lopXAEIgrSlfYh-Y/s320/ni%C3%B1o+crust%C3%A1ceo2.jpg" /></a><br />El niño crustáceo, de alma y cuerpo segmentado, creció anhelando la unión definitiva de sus partes desmembradas. Cuentan que ya adulto, amparado bajo la santa verdad maternal, llevó adelante su magnífica y sabrosa batalla. Mientras por momentos sentía la más gloriosa completud, todo a su alrededor se fragmentaba.<br />El niño crustáceo (óleo sobre tela 1m x 0,80 cm) </div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-12580052295617640622009-06-04T14:01:00.000-07:002009-06-04T14:08:55.059-07:00La niña manos de pulpo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY3ls7PCN040mP8oUdETZZb7EiKAybIgC8VtMzp4zJJqwM1pwPnfuRU_rC5IDpb8yPxKjHSXpbNMvC-3tbab8k5ibrUyHtTdrJQMG0_b2kewVNphYAMp2fvAv5j-_y_KH2RAsP3-Fi8j8/s1600-h/ni%C2%B4%C3%B1a+manos+de+pulpo.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 221px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY3ls7PCN040mP8oUdETZZb7EiKAybIgC8VtMzp4zJJqwM1pwPnfuRU_rC5IDpb8yPxKjHSXpbNMvC-3tbab8k5ibrUyHtTdrJQMG0_b2kewVNphYAMp2fvAv5j-_y_KH2RAsP3-Fi8j8/s320/ni%C2%B4%C3%B1a+manos+de+pulpo.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5343581114425866322" /></a>Oleo sobre madera 1,10m x 80 cm. parte de la nueva serie "maratruosidades", mis monstruos internos.verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-131364871893879012008-07-05T13:35:00.000-07:002008-12-10T17:33:02.682-08:00Sábanas<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHEXGHSQFnGQVWtFPmSpl4CCGVfcCAvVcLQfMREMxTxNLSvhwj0ACAu72h4UspD1ZmphvpuMG1nIn-tbuAIJzKF5u9hgzDYWC_wbjv6-4iRUVOlWN2SdqjtNS3ujI8iB_jnxlChgdSm8I/s1600-h/sabanas+2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5219632184539561810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHEXGHSQFnGQVWtFPmSpl4CCGVfcCAvVcLQfMREMxTxNLSvhwj0ACAu72h4UspD1ZmphvpuMG1nIn-tbuAIJzKF5u9hgzDYWC_wbjv6-4iRUVOlWN2SdqjtNS3ujI8iB_jnxlChgdSm8I/s320/sabanas+2.jpg" border="0" /></a><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7hW-BCBMgKxg7kE3v6CwbgPQ9acKD3x985TIvRCzKwdOPHmBZy_KWHL2HIHmTkrwhyphenhyphenTvz3FWC9Z3tfcsR-BQq61Hk7GbNQ3R4qGia2xhyVcMbUwdSu5RW7_Bm0GZ8gB5tLK__nOTW89E/s1600-h/sabanas+1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5219632000168729154" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7hW-BCBMgKxg7kE3v6CwbgPQ9acKD3x985TIvRCzKwdOPHmBZy_KWHL2HIHmTkrwhyphenhyphenTvz3FWC9Z3tfcsR-BQq61Hk7GbNQ3R4qGia2xhyVcMbUwdSu5RW7_Bm0GZ8gB5tLK__nOTW89E/s320/sabanas+1.jpg" border="0" /></a><br /><br /><div align="center">Retorna al cuerpo olvidado,<br />a esa singularidad espasmódica<br />a esa piel espesada de días ya idos<br />Entre las sábanas,<br />una turbia sombra se espanta y corre hacia la puerta.</div></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7849087331330269073.post-46525980686584024872008-06-02T10:35:00.000-07:002008-12-10T17:33:03.115-08:00Chivatos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikVxa7X-_pPrZyGpGDXeO54SnCh5Y9q2b9iXHfvRO_cec8lhbO2x6BQfOlQ2qmRc9M2KysRzai5Y7hrvjzV8tBe4dlYel42hgs_CHQ0gJFatrFkL0EYtkKwXqZVXIPe0kmn8mSeqQoTN8/s1600-h/litil+guonder+guman+blog.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5207340137916441378" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikVxa7X-_pPrZyGpGDXeO54SnCh5Y9q2b9iXHfvRO_cec8lhbO2x6BQfOlQ2qmRc9M2KysRzai5Y7hrvjzV8tBe4dlYel42hgs_CHQ0gJFatrFkL0EYtkKwXqZVXIPe0kmn8mSeqQoTN8/s320/litil+guonder+guman+blog.jpg" border="0" /></a><br /><div><br /><div align="center">Arrebatadas de su inocencia,<br />deambulan entre las sombras de los chivatos enardecidos.<br />Más allá, el calor de la siesta deforma las casas. </div></div>verdeserhttp://www.blogger.com/profile/10900970387375452800noreply@blogger.com1